Afrontar los retos de la banca mundial en medio de la desaceleración inmobiliaria china

Afrontar los retos de la banca mundial en medio de la desaceleración inmobiliaria china

La reciente desaceleración del crecimiento económico de China ha repercutido en los bancos de todo el mundo, con especial atención a la persistente agitación del mercado inmobiliario del país.

En el tercer trimestre, HSBC informó de pérdidas crediticias esperadas (ECL) adicionales por valor de 1.100 millones de dólares, lo que eleva el total para 2023 a 2.400 millones de dólares, de los cuales 800 millones se atribuyen al sector inmobiliario comercial de China. Al igual que su homólogo, Standard Chartered tuvo que hacer frente a un cargo por deterioro de 186 millones de dólares vinculado al mismo sector, lo que eleva a 1.100 millones de dólares las aportaciones totales del grupo a este segmento en los dos últimos años.

A pesar de las dificultades, algunos bancos se muestran optimistas ante la posibilidad de que lo peor haya pasado para el mercado inmobiliario chino. Piyush Gupta, Consejero Delegado de DBS, señaló: “En el caso de China, creo que podríamos haber tocado fondo. Las medidas adoptadas desde julio deberían poner un suelo bajo el mercado inmobiliario. No obstante, la recuperación será un poco irregular, pero no creo que empeore mucho”.

El Consejero Delegado de HSBC, Noel Quinn, compartió una opinión similar durante una sesión informativa sobre los resultados, en la que declaró: “Creo que hemos tocado fondo en la fase de corrección de [policy], y ahora estamos en una fase de remonte gradual, con posibles ajustes de la política monetaria”. Del mismo modo, no veo una gran vuelta a una política positiva para el sector inmobiliario comercial. Lo veo como una puesta a punto desde esta base baja”.

Sin embargo, en otros lugares se advirtió. Bill Winters, Consejero Delegado de Standard Chartered, señaló que el sector inmobiliario “apenas se ha estabilizado”, lo que sigue repercutiendo en la rentabilidad del banco. Winters destacó los esfuerzos de las autoridades chinas por desinflar los valores inmobiliarios sin perjudicar significativamente al sistema financiero local, reconociendo los riesgos inherentes a esta política.

Los últimos acontecimientos, como el impago por primera vez de Country Garden tras incumplir los plazos de pago de un cupón de 15 millones de dólares, y los informes de que el Gobierno chino está instando a Ping An a rescatar a la promotora mediante una absorción, añaden más complejidad a la situación. En particular, Ping An ha negado sistemáticamente estas afirmaciones.

Más allá de los problemas inmobiliarios, China se enfrenta a una ralentización económica más general y a riesgos geopolíticos. HSBC, un prestamista británico centrado en Asia, tuvo en cuenta estas incertidumbres a la hora de calcular la ECL, con un escenario que consideraba un resultado moderadamente negativo dependiente de una recuperación más débil de lo esperado en China que, a su vez, podría afectar al crecimiento mundial.

En resumen, las complejidades del panorama económico chino, en particular los retos de su sector inmobiliario, han dejado a los bancos mundiales navegando por un paisaje marcado por un optimismo cauto y un reconocimiento de los riesgos potenciales.

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