El dólar se mantuvo cerca de un máximo de una semana el lunes, lo que refleja un delicado sentimiento del mercado en medio del conflicto en curso en Oriente Medio, que impulsó la demanda de la moneda de refugio seguro.
A pesar de los intentos de concertar una cesación del fuego para facilitar la salida de los titulares de pasaportes extranjeros y la entrega de ayuda al enclave palestino sitiado, las fuerzas israelíes continuaron bombardeando Gaza.
Si bien el índice dólar retrocedió ligeramente un 0,084% a 106,47, se mantuvo cerca de los máximos recientes registrados el viernes. Los inversores esperaban el próximo discurso del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, más adelante en la semana, en busca de pistas sobre el futuro de las tasas de interés de Estados Unidos.
El analista jefe de Danske Bank, Jens Peter Sørensen, señaló: “El conflicto entre Israel y Hamas continúa y está proporcionando volatilidad a los mercados financieros con los flujos tradicionales de refugio seguro. Esto tiene que sostenerse en el marco del tema de la política monetaria mundial de “más alto durante más tiempo”.
Por otro lado, el shekel israelí se desplomó a su nivel más bajo en más de ocho años, cotizando a 3,99 por dólar. Este descenso se produjo tras la declaración del primer ministro Benjamin Netanyahu de “demoler a Hamas” el domingo.
Por el contrario, el euro y la libra esterlina experimentaron un ligero alivio, recuperándose de sus mínimos de una semana frente al dólar registrados el viernes. El euro subía un 0,2% a 1,05231 dólares, mientras que la libra esterlina ganaba un 0,15% a 1,2163 dólares.
En Europa, el zloty polaco experimentó un repunte frente al euro, alcanzando su punto más alto en dos meses, con una ganancia del 1,15% a 4,4778.
Los nacionalistas gobernantes en Polonia parecían haber perdido su mayoría parlamentaria en las recientes elecciones cruciales, lo que podría abrir la puerta para que los partidos de la oposición tomen el poder. El analista Lukazs Janczak, de Erste Group en Polonia, destacó las reacciones iniciales positivas del mercado a este desarrollo, señalando el fortalecimiento del zloty polaco. Sugirió que los inversores pueden anticipar una actitud más receptiva hacia la Unión Europea por parte del posible nuevo gobierno.
En Nueva Zelanda, el Partido Nacional, de centroderecha liderado por Christopher Luxon, se aseguró un nuevo gobierno con su partido de coalición preferido, ACT, tras las elecciones generales del sábado. En consecuencia, el dólar neozelandés subió un 0,55% hasta los 0,5917 dólares.
El yen se mantuvo estable en 149,54 unidades por dólar, cerca del nivel crítico de 150. Algunos operadores anticiparon una posible intervención de las autoridades japonesas para respaldar al yen si se debilita más allá de este nivel.
El principal diplomático de divisas de Japón, Masato Kanda, enfatizó que las autoridades tomarían las medidas necesarias en caso de movimientos excesivos en el yen, destacando que las tasas de interés son solo un factor que influye en los tipos de cambio. Kanda también reafirmó el estatus del yen como un activo seguro, junto con el franco suizo y el dólar estadounidense.
Los analistas sugirieron que las operaciones de carry trade financiadas por el yen podrían verse significativamente afectadas por cualquier nueva escalada en el conflicto de Israel, ya que los inversores, que han estado vendiendo en corto el yen para invertir en monedas de mayor rendimiento, podrían recomprarlo como un activo de refugio seguro.
James Malcolm, jefe de estrategia cambiaria de UBS en Londres, enfatizó: “Obviamente, la guerra es inflacionaria, interrumpe el crecimiento y amenaza los activos de riesgo”. Además, señaló la vulnerabilidad potencial en el comercio entre el dólar y el yen, donde el Banco de Japón (BOJ) podría tener que ajustar su estrategia, dada la importante cantidad de carry trade involucrada, que ahora ha alcanzado casi medio billón de dólares.
A pesar de las especulaciones del mercado sobre el posible cambio del Banco de Japón de su postura acomodaticia, el banco central ha seguido manteniendo su política monetaria ultralaxa.
