Deutsche Bank anunció el miércoles un beneficio neto en el tercer trimestre de 1.031 millones de euros (1.060 millones de dólares), superando ligeramente las expectativas a pesar de un descenso del 8% en comparación con el año anterior y de las persistentes dificultades en la unidad de inversión.
Según los datos de LSEG, los analistas habían anticipado un beneficio neto trimestral atribuible a los accionistas de 997 millones de euros.
Aunque se produjo un descenso interanual, el beneficio neto fue un 35% superior al del trimestre anterior. Este fue el decimotercer trimestre rentable consecutivo para Deutsche Bank tras su importante reestructuración en 2019.
En el periodo correspondiente de 2022, el banco alemán había logrado un beneficio neto de 1.115 millones de euros, impulsado por el aumento de los tipos de interés y la mayor volatilidad del mercado, lo que reforzó su negocio de renta fija y negociación de divisas .
La división de banca corporativa tuvo un buen comportamiento, beneficiándose del entorno de tipos de interés más altos, con un aumento de los ingresos del 21% interanual, hasta los 1.890 millones de euros.
Sin embargo, el brazo inversor experimentó una desaceleración, con una caída de los ingresos netos del 4% respecto al año anterior, que ascendió a 2.270 millones de euros. En los nueve primeros meses del año, los ingresos se redujeron un 12%, hasta los 7.300 millones de euros.
Durante una entrevista con Silvia Amaro de CNBC, el director financiero de Deutsche Bank, James von Moltke, comentó que el desempeño de la unidad de banca de inversión estaba “en gran medida en línea con el mercado” sobre una base subyacente. Atribuyó los cambios en los ingresos de renta fija y divisas a un proceso de normalización, particularmente en los negocios macroeconómicos como las tasas, el tipo de cambio y los mercados emergentes, que se habían beneficiado de una volatilidad sustancial el año anterior.
Von Moltke destacó un cambio en el enfoque del banco hacia otros productos, en particular el crédito y la financiación, que demostraron su fortaleza.
Deutsche Bank anticipó ingresos de aproximadamente 29.000 millones de euros para todo el año, alineándose con el extremo superior de las estimaciones anteriores. También declaró la posibilidad de liberar 3.000 millones de euros adicionales en capital y planeó mejorar y acelerar las distribuciones a los accionistas.
En un comunicado, el consejero delegado de Deutsche Bank, Christian Sewing, hizo hincapié en la mejora material de sus perspectivas de capital debido a los sólidos resultados y a las medidas específicas de eficiencia de capital.
A pesar de estos desarrollos positivos, el banco continúa enfrentándose a múltiples desafíos, incluido el deterioro del entorno empresarial europeo, las incertidumbres macroeconómicas y las complicaciones de TI dentro de dos de sus unidades minoristas.
Las acciones de Deutsche Bank han experimentado una caída de aproximadamente el 13% en lo que va de año.
