El oro, el petróleo y los mercados presionados por el comercio y los tipos
Oro y metales preciosos
Al cerrar los mercados la primera semana de junio, los precios del oro mostraron debilidad, retrocediendo desde un máximo de casi cuatro semanas. Una modesta recuperación del dólar estadounidense contribuyó a este descenso, pero el motor subyacente fue la cautela de los inversores ante la persistente incertidumbre comercial entre EE.UU. y China.
Aunque el oro suele servir de cobertura en tiempos volátiles, el retroceso de esta semana puso de relieve el tira y afloja entre la aversión al riesgo y la fortaleza del dólar.
La atención sigue fija en la evolución de los aranceles. La Casa Blanca señaló que pronto podría producirse una conversación entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el presidente chino, Xi Jinping: un posible punto de inflexión, o quizá sólo otro titular.
A la tensión se sumaron las recientes acusaciones de Trump de que China había incumplido un acuerdo anterior sobre reducciones arancelarias, lo que inyectó nuevas dudas en las próximas negociaciones.
Mercados mundiales y bancos centrales
Los mercados bursátiles europeos subieron con cautela, y los inversores se mantuvieron prudentes a la espera de los datos económicos clave de la zona euro. En el centro de todo: Las cifras de inflación de mayo y la reunión de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE).
Las proyecciones sugerían que la inflación se había enfriado hasta el 2,0%, frente al 2,2% de abril, una señal que podría dar al BCE margen suficiente para actuar. Y actuó: La reunión del jueves supuso el octavo recorte de tipos en los últimos 12 meses, reduciéndolos en 25 puntos básicos.
Sin embargo, la atención se centró rápidamente en el futuro. Con esta medida ya descontada, los mercados están ansiosos por conocer los próximos pasos del BCE.
Todo esto se desarrolla en un contexto de creciente incertidumbre comercial, especialmente en lo que respecta a los aranceles estadounidenses. Las ambigüedades jurídicas que rodean su aplicación no hacen sino aumentar el desafío para los responsables de la política monetaria que intentan equilibrar el control de la inflación con el impulso económico.
Petróleo y divisas
Las fricciones geopolíticas volvieron a protagonizar los mercados energéticos. Los precios del petróleo ampliaron sus ganancias, reforzados por la inquietud ante posibles interrupciones del suministro derivadas de dos focos de tensión:
- Se espera que Irán rechace la propuesta estadounidense de acuerdo nuclear, lo que supondría la continuación de las sanciones y la limitación de las exportaciones iraníes.
- Las crecientes tensiones entre Ucrania y Rusia elevan aún más el riesgo de inestabilidad del suministro energético en toda Europa.
Mientras tanto, el mercado de divisas ofreció su propia narrativa:
- El dólar estadounidense logró recuperar parte del terreno perdido, beneficiándose de su atractivo como refugio seguro.
- Sin embargo, el dólar australiano se rezagó considerablemente. La postura pesimista del Banco de la Reserva de Australia (RBA) y los débiles datos del primer trimestre -incluido un déficit por cuenta corriente mayor de lo esperado- arrastraron a la divisa a la baja.
Las últimas actas del RBA reforzaron unas perspectivas económicas más suaves y reconocieron los crecientes vientos en contra, en particular los relacionados con el comercio mundial.
Conclusión
Los mercados se mueven en un laberinto de incertidumbre, donde cada decisión de los bancos centrales y cada titular geopolítico añaden nuevas capas de complejidad.
Con el oro tomándose un respiro, el petróleo subiendo por el temor a la oferta y las divisas reaccionando a las estrategias divergentes de los bancos centrales, los inversores se preparan para un verano volátil. A medida que se desarrollen los datos de inflación y las negociaciones comerciales, las próximas semanas podrían marcar el tono de la segunda mitad de 2025.